Ansiedad en niños y adolescentes
Una guía para padres sobre cómo controlar los síntomas
¿Tiene problemas de ansiedad? A continuación, le explicamos cómo puede reconocer las señales, los síntomas y los diferentes tipos de ansiedad y encontrar el alivio que necesita.
La ansiedad es una reacción normal al peligro, es la respuesta de lucha o huida automática del cuerpo que se activa cuando usted se siente amenazado, bajo presión o cuando se enfrenta una situación desafiante, como una entrevista de trabajo, un examen o una primera cita. En moderación, la ansiedad no es necesariamente algo malo. Le puede ayudar a mantenerse alerta y enfocado, incitarle a actuar y motivarle a resolver problemas. Pero cuando la ansiedad es constante o abrumadora, cuando las preocupaciones y el miedo interfieren con sus relaciones y vida diaria, probablemente ha cruzado la línea de la ansiedad normal para entrar al territorio del trastorno de ansiedad.
Dado que los trastornos de ansiedad son un grupo de afecciones y no un trastorno único, los síntomas pueden variar en las personas Un individuo puede tener ataques de ansiedad intensos que llegan sin previo aviso, mientras que otro puede ponerse muy nervioso al pensar en tener que socializar en una fiesta. Otra persona puede tener dificultades con un miedo incapacitante de conducir o con pensamientos intrusivos e incontrolables. Y otra puede vivir en un estado constante de tensión, preocupándose por todo. Pero, a pesar de sus diferentes formas, todos los trastornos de ansiedad provocan un miedo intenso o una preocupación desproporcionada en relación con la situación.
Si bien el tener un trastorno de ansiedad puede ser incapacitante e impedirle vivir la vida que quiere, es importante que sepa que no está solo. Los trastornos de ansiedad son de los problemas de salud mental más comunes y son muy tratables. Una vez que comprende su trastorno de ansiedad, hay medidas que puede tomar para reducir los síntomas y recuperar el control de su vida.
La «ansiedad de alto funcionamiento» es un término con el que tal vez se haya encontrado en Internet. No es un diagnóstico clínico, pero a veces se usa para describir a una persona que logra sobrellevar las exigencias de la vida diaria a pesar de tener ansiedad. Externamente, pueden parecer imperturbables. Pero detrás de su comportamiento tranquilo, están plagados de pensamientos ansiosos y negativos.
Si tiene ansiedad de alto funcionamiento, puede verse como alguien proactivo, extrovertido, organizado y enfocado en lograr sus metas. Incluso puede dar la impresión de ser perfeccionista o un estudiante o trabajador ejemplar. Sin embargo, la ansiedad subyacente puede tener consecuencias de salud, incluida la irritabilidad, el insomnio y la tensión muscular.
Las personas experimentan los síntomas de la ansiedad de diferentes maneras. Es importante recordar que algunas personas están pasando dificultades que no siempre son evidentes.
Si se identifica con cualquiera de las siguientes señales y síntomas, y estos simplemente no desaparecen, es posible que sufra de un trastorno de ansiedad:
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónAdemás del síntoma principal de exceso de miedo y preocupación, otros síntomas emocionales comunes incluyen:
No obstante, la ansiedad es más que solo un sentimiento. Al ser el resultado de la respuesta de lucha o huida del cuerpo, también involucra una amplia gama de síntomas físicos, los cuales incluyen:
Debido a estos síntomas físicos, las personas que sufren de ansiedad usualmente confunden su trastorno con una enfermedad médica. Pueden visitar a muchos médicos y hacer muchos viajes al hospital antes de que el trastorno de ansiedad finalmente se reconozca.
Muchas personas con trastornos de ansiedad también sufren de depresión en algún punto. Se cree que la ansiedad y la depresión surgen de la misma vulnerabilidad biológica, lo que puede explicar por qué usualmente van de la mano. Dado que la depresión empeora la ansiedad (y viceversa), es importante buscar un tratamiento para ambas afecciones.
Los ataques de ansiedad, también conocidos como ataques de pánico, son episodios de pánico o miedo intensos. Usualmente ocurren de repente y sin previo aviso. Algunas veces existe un desencadenante evidente, como quedar atrapado en un elevador, por ejemplo, o pensar en un discurso importante que tiene que dar, pero en otros casos, los ataques surgen de la nada.
Los ataques de ansiedad usualmente alcanzan su punto más alto a los 10 minutos y rara vez duran más de 30 minutos. Pero, durante ese tiempo corto, puede experimentar un terror tan intenso que siente que está a punto de morir o de perder el control por completo. Los síntomas físicos son tan aterradores que muchas personas piensan que están teniendo un ataque al corazón. Después de que termina un ataque de ansiedad, es posible que se preocupe de tener otro, particularmente en un lugar público donde la ayuda no está disponible o del que no puede escaparse fácilmente.
Es importante buscar ayuda si está empezando a evitar ciertas situaciones porque le da miedo tener un ataque de pánico. La verdad es que los ataques de pánico son muy tratables. De hecho, muchas personas se liberan del pánico en tan solo 5 u 8 sesiones de tratamiento.
Los trastornos de ansiedad y algunas afecciones estrechamente relacionadas incluyen:
Si las preocupaciones y los miedos constantes le distraen de sus actividades diarias o si le aflige un sentimiento persistente de que algo malo va a pasar, es posible que tenga un trastorno de ansiedad generalizada (TAG o GAD, por sus siglas en inglés). Las personas con TAG son personas aprensivas que se sienten ansiosas casi todo el tiempo, aunque es posible que ni siquiera sepan por qué se sienten así. El TAG usualmente se manifiesta en síntomas físicos, como el insomnio, el malestar estomacal, la preocupación y la fatiga.
El trastorno de pánico se caracteriza por ataques de pánico inesperados y repetidos, y por el miedo de experimentar otro episodio. La agorafobia, que es el miedo a estar en un lugar en el que escapar o pedir ayuda es difícil en caso de un ataque de pánico, también se puede presentar junto con el trastorno de pánico. Si tiene agorafobia, es probable que evite lugares públicos, como los centros comerciales, o espacios reducidos, como los aviones.
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC u OCD, por sus siglas en inglés) se caracteriza por tener conductas o pensamientos no deseados que parecen imposibles de frenar o controlar. Si tiene TOC, es posible que le aquejen obsesiones, como la preocupación recurrente de que olvidó apagar el horno o de que podría lastimar a alguien. También es posible que tenga impulsos incontrolables, como lavarse las manos una y otra vez.
El trastorno de acumulación compulsiva es una dificultad crónica para deshacerse de las posesiones que está acompañada de un apego disfuncional incluso a objetos sin ningún valor. Puede llevar a una acumulación excesiva de objetos (o animales) y a tener una casa desordenada. Puede atribuirles emociones a los objetos inanimados, tener un apego sentimental fuerte a las cosas o ver un posible uso para cada objeto. Estas creencias pueden hacer que deshacerse de las cosas sea algo que le abrume con sentimientos de ansiedad, culpa o tristeza.
Una fobia es un miedo poco realista o exagerado de un objeto, actividad o situación específico que en realidad es poco o nada peligroso. Algunas fobias comunes incluyen el miedo a los animales (como las serpientes y las arañas), el miedo a los aviones y el miedo a las agujas. En el caso de una fobia grave, podría llegar a tomar medidas extremas para evitar aquello que le provoca miedo. Desafortunadamente, la evasión solo hace que la fobia sea más fuerte.
Si siente un miedo debilitante a ser visto negativamente por otras personas y a ser humillado en público, es posible que tenga un trastorno de ansiedad social, también conocido como fobia social. Este trastorno se puede considerar como timidez extrema; en casos graves, las situaciones sociales se evitan por completo. La ansiedad por rendimiento (mejor conocida como pánico escénico) es el tipo de fobia social más común.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés) es un trastorno de ansiedad extremo que puede ocurrir después de un evento traumático o potencialmente mortal. El TEPT puede considerarse como un ataque de pánico que rara vez, o nunca, cede. Los síntomas del TEPT incluyen recuerdos o pesadillas sobre el incidente, hipervigilancia, asustarse fácilmente, distanciarse de otros y evadir las situaciones que le recuerden el evento.
Si bien la ansiedad por separación es una etapa normal del desarrollo, si la ansiedad se intensifica o persiste lo suficiente como para interferir con la escuela u otras actividades, es posible que su hijo tenga un trastorno de ansiedad por separación. El niño puede inquietarse con tan solo pensar en estar lejos de su mamá o papá y decir que está enfermo para evitar jugar con sus amigos o tener que ir a la escuela.
No todas las personas que se preocupan mucho tienen un trastorno de ansiedad. Puede sentirse ansioso por tener un horario muy demandante, por la falta de ejercicio o sueño, por tener presión en la casa o el trabajo o incluso por consumir mucha cafeína. El punto es que, si su estilo de vida es poco saludable y estresante, es más probable que se sienta ansioso, tenga o no un trastorno de ansiedad.
Estos consejos pueden ayudarle a reducir la ansiedad y a manejar los síntomas de un trastorno:
Conecte con otras personas. La soledad y el aislamiento pueden desencadenar o empeorar la ansiedad, mientras que hablar de sus preocupaciones en persona muchas veces puede hacer que parezcan menos abrumadoras. Propóngase reunirse con amigos regularmente, unirse a un grupo de apoyo o autoayuda, o compartir sus preocupaciones e inquietudes con un ser querido. Si no tiene a nadie con quien hablar, nunca es demasiado tarde para hacer nuevas amistades y construir una nueva red de apoyo.
Controle el estrés. Si sus niveles de estrés están por los cielos, la gestión del estrés le puede ayudar. Revise sus responsabilidades y vea si hay alguna que pueda dejar, rechazar o delegar a otros.
Practique técnicas de relajación. Cuando se practican regularmente, las técnicas de relajación como la meditación de conciencia plena, la relajación muscular progresiva y la respiración profunda pueden reducir los síntomas de la ansiedad e incrementar los sentimientos de relajación y bienestar emocional.
Haga ejercicio con regularidad. El ejercicio es un antídoto contra el estrés y un alivio de la ansiedad natural. Para obtener el máximo beneficio, intente hacer diariamente al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico (divididos en periodos más cortos, si así le resulta más fácil). Las actividades rítmicas que requieren del movimiento de los brazos y las piernas son especialmente efectivas. Intente caminar, correr, nadar, practicar artes marciales o bailar.
Duerma lo suficiente. La falta de sueño puede intensificar los pensamientos y sentimientos de ansiedad, así que intente dormir entre siete y nueve horas cada noche.
Sea prudente con la cafeína, el alcohol y la nicotina. La cafeína y el alcohol pueden empeorar la ansiedad. Y si bien los cigarrillos pueden parecer calmantes, la nicotina es en realidad un potente estimulante que provoca niveles de ansiedad más altos, no más bajos. Para obtener ayuda para dejar el hábito, consulte Cómo dejar de fumar.
Detenga la preocupación crónica. Preocuparse es un hábito mental que puede aprender a romper. Estrategias como crear un periodo de preocupación, cuestionar los pensamientos ansiosos y aprender a aceptar la incertidumbre pueden reducir significativamente la preocupación y calmar sus pensamientos ansiosos.
Aunque las estrategias de autoayuda para el afrontamiento pueden ser muy efectivas, si sus preocupaciones, miedos o ataques de ansiedad son tan intensos que le provocan angustia extrema o interfieren con su rutina diaria, es importante buscar ayuda profesional.
Si está experimentando muchos síntomas físicos, debe empezar por hacerse una revisión médica. Su médico puede revisar que su ansiedad no esté siendo causada por una afección médica, como un problema de tiroides, hipoglucemia o asma. Dado que ciertos medicamentos y suplementos pueden provocar ansiedad, su médico también le preguntará sobre cualquier medicamento de venta con o sin receta, remedio de hierbas y droga recreativa que esté tomando.
Si su médico descarta una causa médica, el siguiente paso es ir a consulta con un terapeuta que tenga experiencia con trastornos de ansiedad. El terapeuta trabajará con usted para determinar la causa y el tipo de su trastorno y diseñar un plan de tratamiento.
Los trastornos de ansiedad responden muy bien a la terapia y, muchas veces, en poco tiempo. El método específico de tratamiento depende del tipo de trastorno de ansiedad y de su gravedad. Pero en general, la mayoría se trata con terapia, medicamentos o alguna combinación de ambos. La terapia cognitivo-conductual y la terapia de exposición son tipos de terapia conductual, es decir, se enfocan en el comportamiento en lugar de los conflictos psicológicos subyacentes o los problemas del pasado. Pueden ayudar con problemas como los ataques de pánico, ansiedad generalizada y fobias.
La terapia cognitivo-conductual le ayuda a identificar y cuestionar los patrones de pensamiento negativos y las creencias irracionales que alimentan su ansiedad.
La terapia de exposición le alienta a confrontar sus miedos y ansiedad en un ambiente seguro y controlado. Mediante la exposición gradual al objeto o a la situación temida, ya sea en su imaginación o en la vida real, obtiene una mayor sensación de control. Al enfrentar su miedo sin resultar herido, su ansiedad se reducirá.
Si su ansiedad es lo suficientemente grave como para interferir con su capacidad de funcionar, los medicamentos pueden ayudar a aliviar algunos síntomas. Sin embargo, los medicamentos para la ansiedad pueden llevarle a desarrollar un hábito y tener efectos negativos no deseados o incluso peligrosos, así que asegúrese de investigar sus opciones cuidadosamente. Muchas personas usan medicamentos para la ansiedad; sin embargo, la terapia, el ejercicio o las estrategias de autoayuda funcionan igual o mejor y sin los efectos secundarios ni los problemas de seguridad. Es importante considerar los beneficios y riesgos de los medicamentos para que pueda tomar una decisión informada.
Línea de asistencia de NAMI: voluntarios capacitados para proporcionar información, referencias y apoyo a las personas con trastornos de ansiedad en EE. UU. Llame al 1-800-950-6264. (Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales). Encuentre un terapeuta: busque proveedores para el tratamiento de trastorno de ansiedad en EE. UU. (Asociación Estadounidense de Trastornos de Ansiedad). Grupos de apoyo: lista de los grupos de apoyo en EE. UU. Canadá, Australia y Sudáfrica. (Asociación de Ansiedad y Depresión de América). Anxiety UK: información, apoyo y una línea de asistencia especial para las personas con ansiedad del Reino Unido y sus familias. Llame al 03444 775 774. (Anxiety UK). Anxiety Canada: proporciona enlaces a los servicios en las diferentes provincias de Canadá. (Asociación Canadiense de Trastornos de Ansiedad). Centro de ayuda de SANE: proporciona información sobre síntomas, tratamientos, medicamentos y lugares de apoyo en Australia. Llame al 1800 18 7263. (SANE Australia). Línea de ayuda (India): proporciona información y apoyo a las personas con problemas de salud mental en India. Llame al 1860 2662 345 o al 1800 2333 330. (Fundación Vandrevala).
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